RICARDO SILVA-SANTISTEBAN: CUATRO POEMAS SECRETOS

18 de octubre de 2013

 

(Lima: Lustra Editores, 2012, 16 pp. 24 × 17 cm.
500 ejemplares numerados.)

Desde sus primeros libros, la voz que nos ocupa hoy refleja una vívida razón de ser: la magnánima poesía, la primordial elevación del alma y del cuerpo hacia lugares remotos donde la reflexión y la armonía de ideas germinan a expensas de las diversas experiencias humanas -la música, en fin, que revelamos desde lo más profundo de nuestro caótico lenguaje. La poesía no sólo es inspiración: también es transpiración, luminosa faena manual que lleva a mujeres y hombres a percibir una calma espiritual, a una satisfacción única, tan solo comparable con lo que vivió el primer homo sapiens al ver surgir la belleza de entre mares, bosques, montañas, animales, vegetaciones; o al simplemente contemplar el arco iris luego de la lluvia. Esa primigenia impresión aún continúa en nosotros, al leer y deleitarnos con palabras que remiten a aquellos tiempos remotos. La poesía sigue siendo, pues, a pesar de los tiempos modernos en los que supuestamente estamos; un noble trabajo que repercute en la arcilla que moldearon nuestros ancestros (1) con el concepto de lo que era hermoso para ellos, marcando un derrotero cadencioso, a veces difícil de continuar. Por ello, cuando un artista plástico, una videasta, un músico o una poeta logran llegar a la cima de sus habilidades; debemos -por respeto a esa hazaña- procurar entender sus aristas y adueñarnos de sus logros por el bien que se nos entregará: sosiego, júbilo, unidad de sangres, concierto de espíritus.

Esta primera reflexión general sobre la poesía viene a propósito de la edición del más reciente libro del destacado poeta, traductor, editor y catedrático peruano Ricardo Silva-Santisteban (Lima, 1941); cuyo primer libro de poesía, intitulado Terra Incognita, fuera publicado en 1975 (2). Los poemarios de Silva-Santisteban se han caracterizado por su brevedad textual, por su concisión al momento de reunir disímiles versos que redondean sus símbolos sempiternos, sus ideas fijas acerca el trabajo poético (3).

Como decía líneas arriba, la raison d’être de la poesía de Silva-Santisteban radica en su búsqueda de purezas lingüísticas -no exentas de audacia en el pasado, por cierto- cuya consecuencia, más que notarse en una primera lectura, es palpable ya en los títulos anteriormente escogidos, los cuales evidencian su distante estado a contracorriente, siempre muy al margen del canon impuesto por fuerzas oscuras y putrefactas sobre la poesía peruana contemporánea. Un enunciado como Cuatro Poemas Secretos da a entender la marginalidad de su poética, su alejamiento incluso del público que sólo se complace leyendo poesía. Ricardo Silva-Santisteban es uno de los poetas peruanos más incomprendidos de entre quienes aparecieron en la década de 1960 (4), su nombre está lleno de la eterna gloria que se merecen los grandes poetas, pero felizmente muy lejos de los aplausos cómplices y de los reflectores que iluminan los rostros estúpidos del por fin cadáver Antonio Cisneros, del pomposo ex comunista Rodolfo Hinostroza o del nostálgico y anacrónico Marco Martos; así como de los demás payasos parnaso-decadentes que circundan las galaxias poéticas, según una malísima idea del fallecido Pablo Guevara. Su ánimo por dar a la luz estos textos íntimos demuestra su novedosa disposición a explorar y marcar territorios, ya que la poesía peruana desde hace buen tiempo es una “tierra agostada” (5), algo tan caro a Silva-Santisteban pues -como ya indicamos- el título de su primer libro denotaba esa exhaustiva incursión expresiva a través de “los dominios perdidos” (6) de la recóndita poesía.

Cuatro Poemas Secretos se abre con una puntual cita de Friedrich Hölderlin, que dice: “Ein Rätsel ist Reinentsprungenes. Auch / Der Gesant kaum darf es enthüllen” (7). Luego, podemos leer el conmovedor poema “Sorprendido De Estar Vivo”, suerte de ajuste de cuentas con las vicisitudes de la existencia, la que llaga la piel al solo roce del aire inmundo, la que destroza nuestros oídos con sus estruendos mudos; sin embargo, “La ilusión se despliega inalterable / Cuando casi estrujamos el hilo de la flor / Y nos sorprendemos de estar vivos todavía” (8). Aquí logramos observar de nuevo a Silva-Santisteban desplegando sus mejores armas, las metáforas universales, aquellas formas de intentar explicar lo indecible con la boca reseca, de mancillar el velo que separa lo profano de lo sagrado en pro de palabras acogedoras. Un breve poema como “Plenitud” manifiesta mejor lo dicho:

Inmensa inmensa la gota cuando al caer
Inunda mi universo
Cuando las rosas se extinguen
Y adquieren el color de lo invisible
Estas sensaciones me persiguen
Aunque el dormido despierta y sigo mudo (9)

Entre quienes han leído su obra poética, no sorprenderá encontrar versos acerca del amor (tanto el físico como el abstracto), sobre el elan vital que mueve a este cruel mundo. El poema “Flor Intacta” hace eco del contacto de los cuerpos de los amantes, de la distancia que éstos toman al pretender definir sus alturas en medio del fuego de la pasión, entremezclado con la cierta idea del cambiante río de Heráclito (10): “El misterio de la vida es simple como el agua […] / Ay, cuánta materia dócil pero muerta / Arrastra el río hacia los mares” (11). Este breve conjunto de textos se ilumina a plenitud con el poema que yo considero revelador y principal, “Despertar Con Un Rayo De Sol”, pues en él se reflexiona acerca del oficio mismo, de su integridad ante el largo y sinuoso camino de la vida. La carga que conmociona sus ciertamente sombrías figuras, es una esperanza en la salvación por medio del verbo, una luz en la oscuridad de la caverna de la que salió la Humanidad para ver el ya mencionado arco iris: “Otra vez hemos perdido la madurez del lenguaje / Pero ascender entre sus cimas / Es el oficio del poeta / Hay que recomenzar la tarea de aprenderlo / Porque su centro se pierde entre audacias de voces / Y anheloso persiste del don de profecía” (12).

Estos Cuatro Poemas Secretos no sólo son muestra de la plena madurez del autor (13) frente a su ejemplar labor literaria en un país como el nuestro, negado a las teorías de la belleza -son cuatro composiciones que escarban en lo profundo de las sustancias inmateriales de las que se constituye el Hombre en sí mismo. La obra poética de Ricardo Silva-Santisteban es una deliciosa y refrescante fuente escondida, dentro de la -a veces- inhóspita poesía peruana, a la que debemos llegar antes de que sus aguas se sequen y evaporen, dejándonos con una eterna e insaciable sed:

Resplandor vivo
Sombra nubes y río
Pasa la vida

Oh frescor y rocío
Se detiene la vida (14)

Antonio De Saavedra

________________________________________  
1 Aquí recordamos un fragmento del “Arte Poética” (1961-62) que escribió para la posteridad Javier Heraud: “Pero conforme pasa el tiempo / y los años se filtran entre las sienes, / la poesía se va haciendo / trabajo de alfarero, / arcilla que se cuece entre las manos, / arcilla que moldean fuegos rápidos” (cf. Eduardo Chirinos. Infame Turba: poesía en la Universidad Católica 1917-1992, 1992, p. 127).

2 Su obra poética casi completa, que comprende 10 libros de poemas publicados entre 1975-1996 y algunos textos inéditos, se encuentra reunida -en su tercera edición “suprimida, corregida y aumentada”, luego de la impresa en 1989- en el volumen también titulado Terra Incognita [Poemas 1965-2000] (febrero 2001), con prólogo del poeta Américo Ferrari. Posteriormente, Silva-Santisteban ha publicado la edición bilingüe francés-español de su poema extenso Feu de ton feu / Fuego de tu fuego (2006), cuya primera edición data de 1994. Luego de aparecida esa edición de Terra Incognita, escribí una amarga reseña quejándome -cual “El desdichado” de Nerval- más por las supresiones y olvidos que por los nuevos textos añadidos al cuerpo de la obra de Silva-Santisteban en aquella edición, dado que me es familiar el orden correlativo de sus poemarios. Dicha reseña seguramente quedó inédita, pues quien me la pidió (Rubén Alfredo Quiroz Ávila) nunca me dio luces al respecto.

3 Para ello bastará con leer uno de sus más celebres poemas, el titulado “Poeisis”, publicado por primera vez en el libro Sílabas De Palabra Humana (1978), sin lugar a dudas su más logrado arte poética:

Al huir del correr de mi sangre
Te persigo en el polvo
En las arenas
Y en los ríos
En imágenes subiendo y descendiendo por el aire
Con pájaros enloquecidos
Árboles sin hojas
Hojas sin palabras
Persigo la implacable sucesión de lo concreto
Cuando retorno al ser primario
Para escuchar el rumor de los manantiales interiores
Creo por tanto en la posesión de los cuerpos
Y en la extinción de las almas
En el temblor de la luz
Cuando despunta el sol de un nuevo día
Ven pues multitud de sonidos
Y quiébrate en las mil aristas del sol y de la lluvia
Mi demonio Poesía

(cf. revista de Creación y Crítica Fornix № 10, Memoria del Primer Festival Internacional de Poesía de Lima (FIPLIMA) 2012, Lima, enero - junio 2012, p. 55. Puede leerse aquí: http://www.paginadepoesia.com.ar/escritos_pdf/Fornix_10.pdf).

4 Sin duda al lado de las extraordinarias obras poéticas de Juan Cristóbal, Rosina Valcárcel, Carlos Henderson, Walter Márquez, Aidé Romero, y de los finados Antonio Claros, Armando Rojas y Juan Ojeda, nombres que sin duda para los neófitos de la poesía son como leer sánscrito.

5 Aquí hacemos referencia al título de la versión al español de R. S.-S., publicado en 2010, del magnánimo poema de T. S. Eliot The Waste Land (1922): una obra maestra de la traducción literaria en nuestro idioma surgida en los últimos años.

6 Título de una antología poética (publicada en 1992) del escritor chileno Jorge Teillier. Cotejando este libro, doy con la coincidencia de que Teillier había publicado en 1965 un libro llamado Poemas Secretos.

7 [Esconde un enigma lo que nace puro. / Apenas al canto le está reservado.]

8 Op. cit., p. 10. En este poema hace referencia a otro texto de anterior data, titulado "Destino", del que rescatamos aquí los primeros versos:

Hoy día 4 de marzo
Cercano de los cincuenta años de mi edad
Yo un pobre profesor y alumno todavía
Equilibrando aquí mis ganancias y mis pérdidas
Pero amontonando más las pérdidas
(Lo que más gané en los bordes de mi vida)
Esperando con ansias la llamada del destino
Que ha de ser –no lo dudo– la muerte
Sorprendiéndome de estar vivo todavía
Cuando otros de más valía ya se fueron

[de Junto a la puerta de fuego (1992), en: Terra Incognita, p. 155].

9 Op. cit., p. 11.

10 En noviembre de 1996, en el № 4, año 2 de la Revista Neosurrealista que yo dirigía, el poeta nos dio la primicia y el honor de ofrecernos un texto de su -en ese entonces- libro inédito titulado En El Laberinto, que vería la luz al mes siguiente. El poema se titulaba “Preguntas y respuesta de Heráclito al apagar un dulce fuego con las densas aguas”; he aquí un fragmento: “No basta la escritura al pensamiento / No nos bañamos dos veces en el mismo río / No ardemos dos veces en el mismo fuego / Aunque luego gocemos su ceniza fugitiva / Beberé pues del fuego y arderé sobre las aguas”.

11 Op. cit., p. 15.

12 Op. cit., p. 12. Dejo constancia de que a pesar de su título, el libro finaliza con un breve texto (¿haiku?) en la p. 16, que de no haberse llamado “Cabo”, sería candidato formal a quinto poema secreto:

Hay un momento para nacer
Y otro para florecer
Pero lo más importante es el olvido

13 Lejanos están aquellos días cuando Silva-Santisteban ganó el primer puesto en los Juegos Florales de la Universidad de San Marcos en 1964, con el conjunto de seis poemas titulado Antigua, que apareció en la también sanmarquina revista Piélago (№ 6, año III, Lima, junio 1965, pp. 16-22). Al parecer éstos son sus primeros poemas, los cuales no han sido re-publicados desde entonces, pues no figuran en ninguna de las tres ediciones de Terra Incognita. Aquí damos a conocer, de ese conjunto, el poema “Noche cerrada” (p. 21):

Sopla el viento haciendo rechinar las ventanas
y al ambiente lo llena la llamada del búho.
Está el loco sentado sobre una escalinata,
la mirada perdida, sin oír ni ver nada,
se levanta y contempla desde la alta ventana
refulgentes estrellas navegando en el cielo
y la luz de una antorcha parpadeando en lo oscuro;
cercano oye un penetrante chirrido de grillos.
Entra en un aposento donde yace tumbado
sobre un camastro un esqueleto fosforescente.
¡Gime el príncipe un grito de dolor! Permanece
de rodillas cogiendo al luminoso esqueleto,
y echa luego a correr, precipitadamente,
perdiéndose su silueta dentro de la noche.

14 Fragmento final de Río de primavera, cascada de otoño (1988).


ENLACES RECOMENDADOS

http://szminkanijaka.blogspot.com/2013/09/lenguajes-ix.html (poema “Despertar Con Un Rayo De Sol”, en el blog Amaré Al Aire).

http://books.google.com.pe/books?id=yWFWvzzDNt8C&dq=ricardo+silva-santisteban&hl=es&source=gbs_navlinks_s (la tercera edición de Terra Incognita, en Google Books).

http://elpais.com/diario/2005/09/24/babelia/1127518755_850215.html (“Lima: La ‘pasión crítica’ de Ricardo Silva-Santisteban”, por Edgardo Dobry, en la sección cultural del diario El País).

http://zonadenoticias.blogspot.com/2006/10/entrevista-ricardo-silva-santisteban.html (declaraciones de R.S.-S. en el blog Zona De Noticias, donde se puede leer -a través de los enlaces- todo lo concerniente a las malditas expresiones del atorrante de Rodolfo Hinostroza en contra de Renato Sandoval y R.S.-S.).

http://elhablador.com/dossier16_picon1.html (“Pasión por las lenguas”, entrevista con R. S.-S. por José Carlos Picón, en El Hablador No. 16, 2009).

http://vimeo.com/8185143 (video entrevista a R.S.-S., 2010).

http://carlosmsotomayor.lamula.pe/2012/04/18/entrevista-a-ricardo-silva-santisteban/carlossotomayor/ (entrevista a R. S.-S. por Carlos M. Sotomayor, originalmente publicada en la revista Voces).

http://larepublica.pe/blogs/libros/tag/ricardo-silva-santisteban/ (reseñas a varios libros publicados en La República por R.S.-S., escritas por Javier Ágreda).

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